Ubicado en la ciudad de Dresde (ALEMANIA), El museo de historia militar diseñado por el arquitecto Polaco Daniel Libeskind, es una de las mejores interpretaciones de la evolución de la arquitectura.
Inicialmente era un edificio de corte clásico cuya función era un arsenal y paso a tener varias funciones entre las que se destacan: Museo del Ejército Sajón, Museo Militar Nazi, Museo Soviético y de Alemania Oriental, sin tener clara su identidad pero si la función. La propuesta deconstructivista del Studio Libeskind fue la ganadora en un concurso internacional de arquitectura. Dicha propuesta rompía el esquema y algunas de sus directrices impuestas para el diseño de la extensión del museo, que obligaba al respeto de la fachada histórica del edificio.
Para entender el concepto filosófico en el cual se basó Daniel Libeskind para dar forma al diseño de la ampliación del museo, es necesario visualizar el edificio a vuelo de pájaro, ya que es así como se puede apreciar la audaz figura deconstructivista que secciona en dos el edificio original mediante una enorme cuña metálica en forma de V.
Tal figura apuntada rompe abruptamente la simetría del antiguo edificio, se hizo expresamente sustentado con un fuerte carácter simbólico ya que la parte superior de la cuña apunta hacia el estadio Heinz-Steyer, que era el objetivo primario de los bombardeos durante la Segunda Guerra Mundial sobre Dresde.
La cuña en forma de V no solo absorbe simbólicamente el bombardeo de Dresde, sino que también aclara la nueva concepción de la exposición.
Como era de esperarse el deconstructivismo de Libenskind incluye por defecto una cuña o punta… es algo típico que suele utilizar en sus edificios. En esta caso dicha cuña cumple varias funciones:
Otra característica muy propia de la arquitectura de Daniel Libeskind es el uso de la diagonal. En este caso implementado audazmente en el exterior del museo con su adición volumétrica que contrasta con la rigidez del antiguo edificio, además del uso de líneas metálicas que permiten mayor versatilidad en el material.
En el interior la diagonal se ve reflejada no solamente en las líneas de planta en dos dimensiones, también es utilizada en el espacio tridimensional, generando una riqueza espacial con muros inclinados, elementos en triangulación, vanos irregulares, etc. Inclusive las instalaciones técnicas responden a este concepto, tanto las luminarias como la ventilación son discretamente involucrados en una composición de líneas diagonales. Hasta parte del diseño del mobiliario responde a este concepto.
Para la construcción del nuevo edificio se utilizó hormigón. El exterior ha sido recubierto con chapa metálica brindando un aire más contemporáneo y contraste cromático. En el interior se ha dejado al descubierto, esto da la sensación de estar en el interior de un búnker, muy propicio para el tema del museo.
También la iluminación juega un papel muy importante, se han utilizado diferentes tonalidades e intensidades lumínicas, lo que permite la estimulación de los sentidos de acuerdo a las salas y a los elementos de exposición.
Sin lugar a dudas El museo de historia militar no solamente destaca por la impresionante adición volumétrica que es perceptible y llamativa, también invita a ser descubierto en su interior, ya que pocos imaginan la riqueza y calidad espacial que se aloja en este museo. Daniel Libeskind es también el autor del IWM Museo Imperial de la Guerra ubicado en la zona de Salford en Manchester (INGLATERRA).
La intervención deconstructivista se refleja también en su interior, ya que marca fuertemente dos periodos de la colección militar; es decir, la colección antigua se exhibe en el interior del edificio original y la colección contemporánea se exhibe en el interior del edificio deconstructivista.
Como era de esperarse en la obra de Daniel Libeskind en el nuevo edificio, la diagonal juega un papel muy importante a la hora de crear espacios, con una planimetría en diagonal que en ningún momento se alinea con el edificio existente, dando como resultado espacios triangulares con vértices agudos y con muros inclinados que siguen el lenguaje volumétrico y además crean espacios de exhibición en forma de zigzag y en algunos casos con doble altura.
Inclusive las instalaciones técnicas y las circulaciones responden a la diagonalidad, tanto las luminarias como la ventilación son discretamente involucrados en una composición de líneas diagonales. Hasta parte del diseño del mobiliario responde a este concepto.
Una vez más el hormigón visto hace parte del sistema constructivo optado para el desarrollo de un museo que alberga una colección bélica. Su propósito tiene una doble función:
También la iluminación juega un papel muy importante, se han utilizado diferentes tonalidades e intensidades lumínicas, lo que permite la estimulación de los sentidos de acuerdo a las salas y a los elementos de exposición, que junto con los colores elegidos para el interior crean un ambiente en algunos casos frío y lúgubre respondiendo al dramatismo derivado de la guerra y en otros casos cálido y blanco respondiendo a aquella luz de esperanza y de paz.
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